Se mide la huella de carbono de todas las materias primas que usamos de nuestros proveedores, desde los ingredientes hasta las materias primas del envase de Zuko.
Se mide la huella de carbono del transporte de estas materias primas tanto terrestre como marítimo, ya que muchos de estos materiales vienen desde otros países.
En esta etapa medimos toda la energía que utilizamos tanto de combustibles como de electricidad y el agua que utilizamos para transformar las materias primas en un Zuko.
En esta etapa medimos el transporte de los productos ya terminados, hacia los supermercados y almacenes del país, ya que los camiones, al usar combustibles, liberan más gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Dado que los supermercados utilizan mucha electricidad para funcionar, en iluminación y en climatización, una pequeña parte de esa huella de carbono le corresponde a Zuko por el espacio que ocupan nuestros productos en las estanterías de estos almacenes.
Cuando refrigeras un Zuko para consumirlo bien helado, estás generando en parte, emisiones indirectas de gases de efecto invernadero principalmente por la electricidad que usa el refrigerador para enfriarlo.
Después de preparar tu Zuko, corresponde botar el sobre usado al basurero, el cual se va posteriormente en el camión de la basura a un relleno sanitario donde después de cierto tiempo se descompone liberando también emisiones de gases de efecto invernadero.
Los bosques son muy importantes ya que capturan el CO2 presente en el aire y ayudan a luchar contra el calentamiento global. Además entregan otros beneficios como la purificación de agua, y es el hogar de muchas especies de animales, insectos y plantas muy importantes para el ecosistema.
Apoyamos la implementación de tecnología de energías limpias, renovables y amigables con el medio ambiente en Chile y en el mundo que permiten reducir nuestra huella de carbono. Por ejemplo, invertimos en proyectos de energía eólica que se genera a partir del viento pero también en otros tipos de energía que ayudan a combatir el cambio climático.
Proteger los bosques nos permite evitar su deforestación y preservar su biodiversidad; es decir proteger las distintas especies animales y vegetales que ahí habitan de la amenaza causada por las actividades humanas.
El desarrollo de infraestructura en cada proyecto permite mejorar la calidad de vida de las personas que viven en el lugar del proyecto, disminuyendo por ejemplo la contaminación del aire local y manteniendo o mejorando sus modos de vida de manera sostenible.